Uno de los más importantes instrumentos de política pública en educación superior es la fórmula que se calcula cada año para la distribución de los recursos que financian el Sistema de Educación Superior (SES). Su aplicación genera diversas reacciones, por cuanto el resultado determina los fondos con que contarán las universidades y escuelas politécnicas públicas, las universidades especializadas en postgrados, y un grupo de universidades particulares que reciben rentas y asignaciones del Estado. Uno de los mayores problemas de este mecanismo es que los recursos que se distribuyen desde hace algunos años son insuficientes, generando que una muy pequeña o ninguna porción de estos fondos se distribuyan con base en criterios relacionados con calidad, pertinencia, producción científica de calidad, proyectos de vinculación con la sociedad, entre otros indicadores relacionados con los principios del SES. En los últimos años, la gran mayoría de estos fondos se han distribuido con base en información sobre ejecución presupuestaria y gasto operativo de cada Institución de Educación Superior (IES), siendo el enfoque principal la búsqueda de operabilidad del sistema.

El problema se agrava frente al anuncio de integración de nuevas universidades al mecanismo de distribución, unas de reciente creación, y otras que están en proceso de creación, sin que el fondo global crezca para dar cabida a estas nuevas IES. El resultado final es que cada año se recibe menos financiamiento por estudiante, lo cual presiona de forma negativa a los esfuerzos por mejorar la calidad de la educación ofrecida, en el contexto de la gratuidad de la educación superior hasta el tercer nivel, y las limitadas opciones de autogestión, sobre todo en las IES públicas.

Adicionalmente, la información existente para la aplicación de la fórmula tiene varios problemas de consistencia que en algunos casos ha obligado a la SENESCYT a usar información no actualizada, lo cual deriva en que las mejoras que una IES realice con el objetivo de recibir más recursos, no produzca el efecto deseado. Más grave aún resulta que en la actualidad no existe en el SES información sobre los costos de las carreras por área de formación o modalidad de estudios, aspectos claves que fueron usados en los primeros años de aplicación de la fórmula hace ya casi una década. De ahí la importancia de analizar y debatir los mecanismos de la fórmula de distribución de rentas y asignaciones del Estado, en función de los objetivos y proyecciones futuras del SES.

Escuela Superior Politécnica del Litoral
Escuela Superior Politécnica de Chimborazo
Universidad de Cuenca

Moderador: Dr. Max Encalada (Universidad Nacional de Loja)
Relator: Universidad de Cuenca

Dr. Paúl Herrera – Ver Cv
Dr. Byron Vaca – Ver Cv